sábado, 29 de septiembre de 2012

transistor optico

El control y la modulación del flujo de luz es esencial en las telecomunicaciones actuales. El profesor Tobias Kippenberg y su equipo en el EPFL’s Laboratory of Photonics and Quantum Measurements han descubierto una nueva manera de acoplar la luz y las vibraciones. Mediante el uso de este descubrimiento, se construyó un dispositivo en el que podría controlar por un segundo haz más intenso, un rayo de luz que viaja a través de un microrresonador óptico. El dispositivo actúa así como un transistor óptico, en el que un rayo de luz influye en la intensidad de otro. El microrresonador óptico tiene dos características: en primer lugar, atrapa la luz en una estructura de vidrio pequeña, guiando el haz en un patrón circular. En segundo lugar, la estructura vibra, como una copa de vino, en frecuencias bien definidas. Debido a que la estructura es tan pequeña (una fracción del diámetro de un cabello humano), estas frecuencias son 10 000 superiores que la vibración de una copa de vino. Cuando la luz se inyecta en el dispositivo, los fotones ejercen una fuerza llamada presión de radiación, que aumenta en gran medida por el resonador. La creciente presión deforma la cavidad, posibilitando el acoplamiento a la luz de las vibraciones mecánicas. Si se usan dos rayos de luz, la interacción de los dos láseres con las vibraciones mecánicas resulta en una especie de “switch” óptico: el fuerte “control” láser puede activar o desactivar una debil “sonda” láser al igual que en un transistor electrónico. “Hemos sabido desde hace más de dos años que este efecto era teóricamente posible”, explica el científico Albert Schliesser, pero el probarlo resultço laborioso.” El científico Senior del EPFL Samuel Deléglise señala que “el acuerdo entre la teoría y experimento es realmente sorprendente.”

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